La concepción y redacción de El jardín del Edén se inició en 1946, contemporánea de otras novelas que vieron la luz en vida del autor, como El viejo y el mar o París era una fiesta. Pero no llegó a las imprentas hasta veinticinco años después de la muerte de Hemingway.
Es, por tanto, una obra póstuma, aunque terminada en vida, que trata, con una interpretación profunda, gran imaginación y una prosa vivaz, sobre la complejidad del amor y de la creación artística a través de un atípico triángulo amoroso entre el protagonista, David Bourne, su mujer Catherine y una joven que la propia Catherine coloca en el camino de su marido.
No se trata exactamente de una novela autobiográfica, aunque el protagonista sea un escritor americano al que empieza a saludar el éxito, ni de una novela sobre un atípico triángulo amoroso. Es, más bien, la revelación de la ternura y vulnerabilidad que Hemingway, como ser humano, ocultaba tras su imagen pública; la amarga explicación de las características principales del artista y del precio que ha de pagar para mantener su vocación; y el nacimiento de una de las heroínas más logradas y complejas del autor: Catherine Bourne.
Al hilo de la historia de Jaime de Castelnou, José Luis Corral muestra la etapa final de la Orden del Temple, la más conflictiva y problemática, a través de una emocionante historia en la que confluyen episodios de las Cruzadas, las fuerzas mercenarias de Roger de Flor y la búsqueda del Grial. Desde muy joven, Jaime demuestra dotes de combatiente, entra en la Orden del Temple, y es enviado a Tierra Santa, donde asiste desde primera línea a la batalla por San Juan de Acre (1291), inicio del fin de la Orden. Emboscado en las tropas de Roger de Flor, interviene también en la destrucción de estas tropas y posteriormente se le encarga custodiar y poner a salvo la más preciada reliquia de la Orden, que ocultará en un pequeño monasterio español.
El hereje es ante todo una indagación en las relaciones humanas en toda su complejidad; un canto apasionado a la tolerancia y la libertad de conciencia.
Huérfano desde su nacimiento y falto del amor del padre, Cipriano contó, sin embargo, con el afecto de su nodriza Minervina, una relación que le sería arrebatada y que le perseguiría el resto de su vida. Convertido en próspero comerciante, se puso en contacto con las corrientes protestantes que, de manera clandestina, empezaban a introducirse en la Península. Pero la difusión de ese movimiento fue progresivamente censurado por el Santo Oficio.
A través de las peripecias vitales y espirituales de Cipriano Salcedo, Delibes traza con gran maestría un vivísimo retrato del Valladolid de la época de Carlos V, de sus gentes, sus costumbres y sus paisajes.
Es también la historia de unos hombres y mujeres de carne y hueso en lucha consigo mismos y con el mundo que les tocó vivir; una novela inolvidable sobre las pasiones humanas y los resortes que las mueven.
Septiembre de 2010. Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro Sancho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días. La investigación del asesinato de una joven ecuatoriana a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuerpo han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico. Sin embargo, el autor nos arrastra por un camino inesperado al describir los hechos desde la perspectiva del propio asesino: un sociópata narcisista influenciado por la música más actual y por las grandes obras de la literatura universal. La evolución frenética de los acontecimientos desemboca en la intervención de uno de los especialistas más reconocidos en el comportamiento de los asesinos en serie. Este complejo triángulo emocional, unido a la intriga que envuelve al siniestro cómplice del asesino, hace que Memento mori se convierta en un profundo thriller de acción con banda sonora que atrapará al lector de principio a fin.
La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert. Lolita es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel. En resumen, una exhibición deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confesó que le hubiera encantado filmar los pic-nics de Lewis Carrol.
EL TERCER REY CARDENAL CISNEROS
Cardenal Cisneros. Un genio político en la España de los Reyes Católicos.
1517. En medio de una espesa niebla un extraño cortejo, compuesto por lo más granado de la corte y la nobleza, avanza por las estepas castellanas para dar la bienvenida al nuevo rey, Carlos I, que acaba de desembarcar procedente de Flandes. En parihuelas, el cardenal regente Francisco Jiménez de Cisneros, casi moribundo, sueña con que se produzca este encuentro para transmitir al joven monarca sus consejos y experiencias de gobernante. Pero, alertado por su corte flamenca, el recién llegado evita mantener dicha entrevista con quien había servido fielmente a sus abuelos, los Reyes Católicos, y había preservado para él los reinos.
A la cabecera de su lecho, Francisco Ruiz, secretario desde la adolescencia de Cisneros, recuerda su vida sembrada de contradicciones, cárcel y estudios, espiritualidad y poder, ascetismo y gloria. Evoca sus orígenes, sus años de ermitaño, sus nombramientos de confesor real, reformador religioso, arzobispo y cardenal, inquisidor general y regente de España. Reflexiona sobre su polémica quema de libros en Granada, la fundación de la Universidad de Alcalá, la conquista de Orán… y, sobre todo, revive su actividad como gobernante, estadista y diplomático frente a la corrupción de los nobles y el complicado tablero de una Europa en transición entre la Edad Media y el Renacimiento.
Intachable en su vida privada, maltratado por tópicos y simplificaciones, reconocido por los historiadores franceses por encima incluso de su cardenal Richelieu, esta rigurosa y entretenida novela demuestra, en el V centenario de su muerte, que Cisneros fue un hombre público que entendió la política como un servicio desinteresado al pueblo. Y que llegó a ser, después de Isabel y Fernando, el tercer rey de España.
Sumida todavía en los temores de una infancia carente de afecto, Lulú, una niña de quince años, sucumbe a la atracción que ejerce sobre ella un joven, amigo de la familia, a quien hasta entonces ella había deseado vagamente. Después de esta primera experiencia, Lulú, niña eterna, alimenta durante años, en solitario, el fantasma de aquel hombre que acaba por aceptar el desafío de prolongar indefinidamente, en su peculiar relación sexual, el juego amoroso de la niñez. Crea para ella un mundo aparte, un universo privado donde el tiempo pierde valor. Pero el sortilegio arriesgado de vivir fuera de la realidad se rompe bruscamente un día, cuando Lulú, ya con treinta años, se precipita, indefensa pero febrilmente, en el infierno de los deseos peligrosos.
Un viejo solterón castellano y periodista jubilado establece una correspondencia progresivamente amorosa con una viuda andaluza a través de una revista sentimental. A lo largo de cuarenta y dos cartas nos proporcionará un completo retrato de sí mismo: su infancia en el pueblo, su carrera de periodista bajo el franquismo, sus ideas sobre el progreso, el amor o la televisión, sus preferencias gastronómicas o sus arraigadas costumbres de mirón impenitente. Las manías, los achaques, las osadías verbales del personaje y su fundamental timidez, chocan con la historia maravillosa del amor que sueño, imagina y pretende convertir en real. Ejemplo de brillantez constructiva y de expresión directa, Cartas de amor de un sexagenario voluptuoso nos habla, con sutil ironía, del amor, la esperanza o el cotidiano quehacer para convertirnos en destinatarios de las confesiones de ese peculiar sexagenario y en cómplices privilegiados del sorprendete desenlace de su historia.
¿Quién estaba en Florencia la mañana de la tragedia? ¿Cuántos de aquella legión de oscuros florentinos sabía lo que iba a ocurrir? ¿Cuántos iban secretamente armados? ¿De quién partió la última orden?
En la Florencia del siglo XV, la de Botticelli y Leonardo, se está preparando una conspiración política y religiosa que podría cambiar la Historia del Renacimiento italiano: la que instigaron los Pazzi y el papa Sixto IV contra el poder de los Médicis.
Sólo asesinando a Lorenzo el Magnífico se podría dominar la economía de todo el orbe cristiano. En la Florencia del siglo XXI, una estudiante prepara su tesis sobre un pintor de turbio pasado. Antes de verse envuelta en una investigación policial y de ser perseguida por los sicarios del Vaticano descubre, a través de un misterioso cuadro, quién fue el verdadero instigador de la conjura perpetrada bajo la mayor cúpula sagrada de toda la cristiandad.