2018/2019

 




HOMBRES BUENOS

ARTURO PERÉZ-REVERTE

A finales del siglo XVIII, cuando dos miembros de la Real Academia Española, el bibliotecario don Hermógenes Molina y el almirante don Pedro Zárate, recibieron de sus compañeros el encargo de viajar a París para conseguir de forma casi clandestina los 28 volúmenes de la Encyclopédie de D´Alembert  y Diderot, que estaba prohibida en España, nadie podía sospechar que los dos académicos iban a enfrentarse a una peligrosa sucesión de intrigas, a un viaje de incertidumbres y sobresaltos que los llevaría, por caminos infestados de bandoleros e incómodas ventas y posadas, desde el Madrid ilustrado de Carlos III al París de los cafés, los salones, las tertulias filosóficas, la vida libertina y las agitaciones políticas en vísperas de la Revolución francesa. Basada en hechos y personajes reales, documentada con extremo rigor, conmovedora y fascinante en cada página, Hombres buenos narra la heroica aventura de quienes, orientados por las luces de la Razón, quisieron cambiar el mundo con libros, cuando el futuro arrinconaba las viejas ideas y el ansia de libertad hacía tambalearse tronos y mundos establecidos.


EL TRIÁNGULO ALUMNA DE LA LIBERTAD


El triángulo. Alumna de la libertad comprende los antecedentes y la adolescencia de Isabel II hasta su boda trágica en 1846 con su primo el rey Francisco de Asís, duque de Cádiz. El triángulo se refiere a la especialísima relación, tan real como desconocida, entre tres personas que en buena parte hicieron la historia: la reina Isabel, sor María Dolores Patrocinio y el fogoso político Salustiano Olózaga (sobre el que no existe una sola biografía), que fue, como revela este libro, amante consumado –y primero– de la reina y amante frustrado de la misteriosa Monja de las Llagas. 

EL REY FELÓN


Si en Trafalgar asistía a la mayor batalla naval en la que ha participado la Armada española, y en "¡Independencia!" al Dos de Mayo madrileño y a los sitios de Zaragoza, Francisco de Faria, testigo de memorables acontecimientos de la Guerra de la Independencia, recie en "El Rey Felón" la misión de ponerse en contacto con las intrépidas partidas de bandoleros que actúan en Extremadura y Andalucía con el objetivo de coordinar sus acciones y poner en un brete a las tropas francesas. Pero, además, tendrá ocasión de vivir en primera líena los enconados debates que darán lugar a la Constitución de Cádiz y uno de los enfrentamientos bléicos más trascendentales, la batalla de los Arapiles (22.7.1812). Esta novela, cierre de ciclo, transcurre entre dos momentos estelares del siglo XIX, los debates de los que surgirían las Cortes de Cádiz y el inicio de una de las batallas más conicidas de todos los tiempos: Waterloo. Un estupendo broche final a las recientes conmemoraciones de la Guerra de la Independencia (1808-1814).

HIJOS DE PADILLA


Hijos de Padilla es la biografía novelada, a veces veraz, otras fabulada, aunque siempre excesiva y apasionante, de un personaje cuya existencia fue tan real como desventurada. Sebastián de Villacieros (en realidad el capitán y abogado don Cristóbal Jurado) fue un hombre cuya mala suerte le hizo vivir y ser protagonista de uno de los periodos más tenebrosos y críticos de la Historia de España: el reinado de Fernando VII. Un burgués bienintencionado, un liberal exaltado y romántico que luchó por cambias un tiempo equivocado hasta el extremo de sacrificar su propia vida en pos de unos ideales de libertad y justicia que hoy nos pueden parecer primarios, pero que siempre serán eternos y utópicos. Pero Hijos de Padilla es, de un modo simultáneo, la novela coral de una sociedad en cambio inevitable que se debate entre la modernización de sus estructuras políticas y sociales, propugnada por sus elementos más progresistas, y el conservadurismo tradicional impuesto por sus estamentos privilegiados más intransigentes. Escrita con una prosa reflexiva y lírica, no exenta de ironía, Hijos de Padilla es el retablo despiadado e ingenuo de una España que comenzaba a estrenar su contemporaneidad con otras naciones europeas y su dualismo político excluyente y cainita. Esta es la España de Villacieros, en cuyas contradicciones e infortunios podemos rescatar las claves de muchos de los problemas que nos han ido acompañando en los dos últimos siglos de nuestra Historia.

LA PRINCESA DE ÉBOLI 


Bella y rebelde para unos, Ana de Mendoza, princesa de Éboli, es una de las figuras femeninas más enigmáticas de nuestro pasado. Descendiente de dos de las casas más nobles de la España del siglo XVI, los Mendoza y la casa de Medinaceli, estuvo relacionada con la monarquía desde su nacimiento. A los trece años, sus padres la casaron con un noble de orígenes inferiores y secretario del rey Felipe II. Para Ana de Mendoza la vida cortesana, las confidencias de la reina o la visita de la Madre Teresa de Ávila, discurrirán sobre el telón de fondo de un período apasionante de la historia de España: los avatares de la guerra contra el turco, el inacabable conflicto de los Países Bajos, la incorporación de Portugal y su Imperio a la Corona, o las vicisitudes de las colonias americanas. Además, su leyenda aparece asociada a la figura de Antonio Pérez, con quien vivirá, ya viuda, una intensa pasión amorosa que provocará escándalo y envidias en la recatada corte española.

Almudena de Arteaga consigue recrear el carácter rebelde e inconformista de una dama que transgredió su condición de mujer en la España del siglo XVI. Dos factores han propiciado el rotundo éxito de esta novela histórica: el fascinante carácter del personaje de doña Ana y su azarosa vida y el interés que suscita la etapa política del reinado de Felipe II, sin duda uno de los pasajes más oscuros de nuestra historia.

ALEJANDRO EL CONQUISTADOR 

JOSEP MARÍA CASALS MESEGUER “Y OTOS”


Heredó de su padre, Filipo II, el reino de Macedonia, un ejército casi invencible y el plan para vengar la invasión persa sobre Grecia, pese a que gran parte del mundo griego consideraba bárbaros a los macedonios. Desembarcó en Asia con solo 22 años y durante la década siguiente no solo venció a Darío III y se apoderó del mayor imperio de la época, sino que se propuso llegar al fin del mundo conocido, meta que lo convirtió en el mayor conquistador de la historia. Transformado en un emperador de modales despóticos que fusionaba los protocolos griegos y persas, la muérete lo sorprendió aún joven y segó de raíz sus ambiciosos planes. El mundo quizás sería distinto si hubiera vivido para ejecutarlos.

LA COMUNERA DE CASTILLA 

MARÍA TERESA ÁLVAREZ

23 de abril de 1521, Villalar. El ejército del emperador Carlos V derrota a las tropas de los comuneros castellanos dirigidos por Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado. Los tres son ejecutados sin piedad en el cadalso a la mañana siguiente. De esta forma, los imperiales terminan con el sueño revolucionario de Castilla.
María Pacheco, la viuda de Juan de Padilla, una mujer luchadora y rebelde, no se resigna a la derrota de sus ideales y resiste atrincherada en la ciudad de Toledo; pero Carlos V no tendrá piedad con ella. María, condenada a muerte, se verá obligada a vivir un triste exilio en Oporto, donde morirá sin llegar a recibir nunca el perdón real.
María Teresa Álvarez, brillante narradora, pone voz en esta novela a una mujer adelantada a su tiempo que luchó en un mundo de hombres y fue duramente criticada y castigada por ello. A través de la autora, María Pacheco, la última comunera, cobra vida y nos cuenta sus más íntimos deseos, sus anhelos y las motivaciones que le llevaron a combatir en la revuelta de las Comunidades. Un diario que retrata a una de las mujeres más fuertes y apasionadas que ha dado la Historia.


«María Pacheco fue un personaje de novela, pero se precisaban las dotes de escritora y la erudición de María Teresa Álvarez para fundir lo novelesco y lo histórico y convertir a la viuda de Padilla en una heroína de leyenda». Joseph Pérez